por Elisa Balabram
Recibí excelentes comentarios en Facebook y por correo electrónico sobre el artículo “Seis mitos que pueden impedirte valorar bien tu trabajo”La clave para fijar tus precios es investigar primero si crees en alguno de esos mitos, y si lo crees, averiguar qué hay detrás y dejarlo ir antes de fijar tus precios.
Los pasos para establecer precios incluyen:
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Para un negocio basado en productos, asegúrese de sumar todos los costos de compra de materiales y fabricación, incluyendo gastos de envío, servicios públicos, seguros y mano de obra. Investigue el margen de beneficio de su industria para saber por dónde empezar.
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Para una empresa basada en servicios, calcule cuánto tiempo lleva realmente prestar los servicios, no sólo el tiempo que pasa con el cliente.
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Investiga los precios de tu competencia, pero no te obsesiones con ellos. Esta información te dará una idea de cómo está el mercado y cuánto podrían estar dispuestos a gastar tus clientes.
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Define claramente a tu público objetivo e investiga cuánto pueden permitirse y cómo asocian el precio con la calidad. Recuerda que las personas suelen poder reunir los fondos necesarios para comprar algo que realmente valoran.
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Haz una lista de al menos diez razones por las que eres único y te distingues de la competencia. (¡Un valor enorme!) Esto te dará la fuerza y la confianza para posiblemente cobrar una tarifa más alta que la de tus competidores.
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Sí, un excelente servicio al cliente es un valor añadido increíblemente importante; no lo dé por sentado.
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Calcula tu punto de equilibrio personal y empresarial.
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Considera tu estilo de vida, ¿podrás costearlo con los precios que estás fijando?
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Tenga en cuenta la cantidad de horas semanales que planea trabajar y la cantidad de horas facturables disponibles.
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Duplica la cantidad que pensaste.
¿Qué te parece el último? Si duplicar tus precios te parece demasiado, empieza por aumentar el número que calculaste en 10-15% y observa qué te parece. El precio final debería incomodarte un poco, pero no demasiado, o te quedarás atascado y esperarás que nadie te pregunte cuánto cobras.

