por Manisha Thakor
¿Es una empresa más grande siempre una mejor empresa?
Como recién graduado de MBA, mi primer trabajo en 1997 fue como analista de acciones del lado comprador. Mi tarea consistía en evaluar las perspectivas financieras de las empresas que cotizaban en bolsa y recomendar si sus acciones debían comprarse o venderse. Esto ocurrió durante la efervescente época de la burbuja de internet, cuando se despreciaba el crecimiento de dos dígitos en ingresos o beneficios. La opinión predominante: ¿quién quiere un crecimiento de 15% cuando las puntocom generan un crecimiento de 150%?
Nunca entendí del todo esa obsesión por el tamaño. Desde mi rol de analista, al ver una empresa en rápido crecimiento, solo pensaba en sus inconvenientes. ¿Cómo gestionarían la logística, la infraestructura y la contabilidad de una empresa tan extensa? En aquel entonces, mi aversión al crecimiento rápido por el mero hecho de crecer me convertía en una inversión atípica.
Hoy llega un soplo de aire fresco. Se trata de un nuevo y encantador libro de Adelaide Lancaster y Amy Adams titulado La empresa suficientemente grandeEs una guía maravillosa que ayuda a los emprendedores a "construir un negocio que disfruten dirigir sin ceder ante la presión de crecer".
Así que si eres emprendedor, quieres serlo o te apasionan los emprendedores… sigue leyendo. Adelaide tuvo la amabilidad de responder algunas preguntas sobre las implicaciones financieras de elegir ser una "Empresa Suficientemente Grande". Ah, y aquí tienes... el tráiler del libro¡Te reto doblemente a que mires y no te conmuevas!
(1) ¿Cuáles son los problemas financieros más comunes con los que usted ve que luchan los emprendedores?
El emprendimiento está plagado de problemas financieros, ya que los emprendedores negocian constantemente la inversión (dinero, tiempo, compromiso, sacrificio, etc.) y la recompensa (dinero, satisfacción, libertad, propósito, etc.). La mayoría de los emprendedores aprenden muchas de las mismas lecciones financieras clásicas (a menudo a las malas), como comprender el valor de su tiempo, el valor de sus productos o servicios y la diferencia real entre ingresos y ganancias. Sin embargo, diría que los tres desafíos financieros más problemáticos y persistentes son los siguientes:
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Apostar a la baja para favorecer al negocio. Los emprendedores suelen cuidar mejor las finanzas de su negocio que las personales. Hemos escuchado muchas historias de personas que incurrieron en grandes deudas con tarjetas de crédito y renunciaron a un salario. Incluso cuando al final todo sale bien, nos preocupa sentar un precedente equivocado y, potencialmente, fomentar sentimientos subyacentes de inseguridad financiera o resentimiento. Hay una gran diferencia entre realizar una inversión significativa en tu negocio y exponerte a un riesgo financiero significativo para tu negocio.
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Miedo a crecer debido a los gastos. Un importante obstáculo para el crecimiento es el miedo a los gastos, no solo los de crecimiento a corto plazo, sino también los gastos operativos continuos. Es una preocupación bastante razonable. Sin embargo, hemos conocido a muchos emprendedores que, en realidad, estarían más satisfechos con un negocio más grande, pero se quedan pequeños por su aversión al gasto. En estos casos, los gastos no son razón suficiente para no crecer. Desafortunadamente, si quieres que tu empresa crezca, casi siempre tendrás que experimentar un aumento de gastos antes de experimentar un aumento de ingresos.
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Obtener la cantidad adecuada de dinero para cubrir las brechas de crecimiento. A menudo es difícil encontrar maneras de acceder al rango $10-50k que muchas empresas necesitan para avanzar al siguiente nivel. Es una inversión de capital menor que la formal, pero a menudo mayor que las líneas de crédito iniciales y los préstamos pequeños. Nos interesa ver cómo algunos modelos nuevos de inversión y préstamo entre particulares podrían cambiar esto.
(2) ¿Cuáles son algunos de los beneficios financieros que pueden derivar de decidir NO hacer crecer su empresa?
Irónicamente, hemos conocido a muchos emprendedores cuyo sueldo neto terminó siendo mayor en una empresa pequeña que en una grande debido a los extraordinarios gastos generales que implicaba. Suponiendo que puedas mantenerte con tu empresa tal como está, creo que el dinero por sí solo no es una buena razón para crecer. En cambio, considera tus motivaciones para emprender (qué buscabas en primer lugar), cómo te gusta invertir tu tiempo (es decir, cuál es tu trabajo ideal) y por qué quieres que se conozca a tu empresa (no todos los objetivos se logran por igual en empresas pequeñas y grandes). Sé que puede sonar a cliché, pero es más difícil ganar dinero cuando eres miserable, especialmente cuando algo muy importante para ti (libertad creativa, autonomía, el puesto adecuado o el impacto adecuado) se ve comprometido.
(3) ¿Cuáles son los problemas más frecuentes que ha observado que enfrentan los empresarios cuando se trata del equilibrio entre “valores” y “beneficios monetarios”?
Contrariamente a algunos estereotipos, la mayoría de los emprendedores no buscan el dinero. Si el objetivo fuera ganar el máximo dinero posible, muchos dicen que no emprenderían. En cambio, es el atractivo de la libertad, la autonomía y el significado lo que a menudo los motiva a emprender su propio camino. Sin embargo, incluso nuestros clientes que se motivaban principalmente por el dinero a menudo toman decisiones que resultan en menores ingresos en favor de otros valores: valores empresariales como una cultura ética o objetivos empresariales socialmente responsables, y también valores más personales como el tiempo libre, las aficiones extracurriculares y la familia.
La experiencia de emprender te permite comprender el valor cuantificable de tus valores. Constantemente tomas decisiones sobre lo que vale la pena. También aprendes que no todos los dólares son iguales. Por ejemplo, un nuevo cliente podría representar una gran oportunidad de venta, pero requerir un compromiso significativo en cuanto a valores. Anecdóticamente, en estos casos, la mayoría de los emprendedores eligen sus valores y creen en su capacidad para cultivar otras oportunidades de negocio más congruentes. Desarrollar este tipo de confianza lleva tiempo, pero la mayoría de los emprendedores aprenden que las oportunidades de negocio "adecuadas" no requieren un gran compromiso en ninguno de los dos aspectos.
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