Mientras niños de todo el mundo se esfuerzan con ahínco por ser buenos para Papá Noel, los adultos sentimos que no tenemos que preocuparnos y que podemos mantener la calma. ¡No tan rápido! Tu inversión podría estar en la lista de los malos. Evita un desastre: revisa tus fondos de inversión y comprueba si están en la lista de los buenos o los malos.
Crecimiento de activos sin control
Muchos gestores de fondos admiten —extraoficialmente, por supuesto— que cuanto mayor es el fondo, más difícil y costoso resulta comprar y vender acciones. Otro problema es que algunos fondos son tan grandes que las opciones de inversión se reducen, ya que el fondo se ve obligado a comprar empresas más grandes para mantener su creciente cartera de activos.
¿Qué debes hacer?
Busque fondos gestionados por familias que cerraron sus puertas a nuevos inversores cuando el fondo se volvió demasiado grande. Además, esté atento a los fondos que declaran públicamente que cerrarán sus fondos a nuevos inversores si el tamaño del fondo alcanza un nivel específico.
Gastos descontrolados
Revise los gastos de sus fondos mutuos. Muchos fondos mutuos transfieren los costos de marketing, distribución y administración a sus accionistas.
¿Qué debes hacer?
Evite comprar fondos con gastos elevados y establezca un límite a las comisiones que esté dispuesto a pagar. Si bien no debe elegir un fondo basándose únicamente en las comisiones más bajas, los gastos sí deben ser un factor. Busque un fondo mutuo de gran capitalización con gastos inferiores a 1% o un fondo de pequeña capitalización o internacional inferior a 1,5%.
Comunicaciones poco sinceras
Los fondos deben gestionar las expectativas de los accionistas de forma responsable. Deben proporcionar comentarios sobre el rendimiento del fondo. Lamentablemente, muchas empresas no se toman esta responsabilidad tan en serio como deberían.
¿Qué debes hacer?
Asegúrese de leer la carta de la gerencia en el informe anual. Esta carta le permitirá comprender si la gerencia se rige por la preocupación por el marketing o por los accionistas. Me gusta ver que la gerencia admita sus errores y controle las expectativas.
Aquellas empresas que cumplan con su responsabilidad fiduciaria de proteger los intereses de sus accionistas deberían ser recompensadas, mientras que las demás recibirán el mensaje si votan con los pies y se van.
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