por Karen McMahon
Una mirada a nuestras emociones como Energía en Movimiento y cómo avanzar hacia la conciencia, el compromiso y la realización.
Solía ser una persona bastante positiva. Pero después de unos años de matrimonio, trabajando a tiempo completo y criando a dos niños pequeños, me encontraba constantemente enojada. Al principio, lidiaba con un matrimonio inestable y a menudo abusivo, y luego con un divorcio hostil. Peleaba con mi pareja todo el tiempo; al vivir en una casa llena de estrés, los niños empezaron a portarse mal constantemente; los temores financieros y la ansiedad general eran tan intensos que se podía cortar la tensión con un cuchillo. No es de extrañar que no estuviera en mi mejor momento para afrontar los desafíos del día a día.
¿Qué desafíos enfrentas y cómo los estás gestionando? Si te estás cansando de cómo te comportas, la buena noticia es que puedes hacer algo al respecto. No tienes que afrontar cada día con preocupación, enojo y tensión. No tienes que ser brusco con la gente, llorar a la mínima y sentirte abrumado cada vez que necesitas tomar una decisión importante. Puedes cambiar a un mejor lugar. Pero como todo, es un proceso y la paciencia es fundamental.
La solución está en la perspectiva con la que ves el mundo. Desde tu perspectiva, la vida puede parecer bastante sombría, aterradora o injusta, y como la percepción es la realidad, tus sentimientos son totalmente comprensibles. Sin embargo, puedes cambiar tu perspectiva. Hazte algunas preguntas clave…
- ¿Hay otra manera de ver esta situación?
- ¿Existen otras posibilidades además de la que estoy considerando actualmente?
- ¿Cómo podría otra persona ver esta situación?
- ¿Cómo me sirve mi perspectiva y qué otro punto de vista podría considerar?
Normalmente, cuando nos encontramos en una situación tan complicada como la de un divorcio, vemos el mundo desde la perspectiva de una víctima o de un luchador. Estamos deprimidos o en algún nivel de conflicto. Cualquiera de estas perspectivas es como estar frente a un tren de carga desbocado. Solo vemos pesimismo. ¿Qué pasaría si te mudaras a una perspectiva más segura, una que te fuera más útil?
Cuando te sientes triste y desesperanzado, o enojado y temeroso, sientes una sensación de pesadez, como si te arrastraras durante el día. De igual manera, cuando disfrutas de una hermosa puesta de sol o una maravillosa noche con amigos y seres queridos, la sensación es de calma y paz, o de alegría y entusiasmo. En esos momentos, sientes una sensación de ligereza. La razón de esta sensación de pesadez y ligereza es la energía que acompaña a las emociones. Las emociones son simplemente energía en movimiento.
Mantente atento, voy a analizar los siete niveles de energía en los que todos residimos. Desde la energía "catabólica" que agota la vida que experimentas cuando te sientes como una víctima o en pleno conflicto como se mencionó anteriormente, hasta las energías que te llevan a vivir en perdón, compasión, paz y alegría.

