por Stacy Francis, CFP®, CDFA
Hoy, tomando un café con leche, mi mejor amiga me contó que su amiga por fin dejaba al marido con el que todas le decíamos que nunca debería haberse casado. Seguro que tienes amigas a las que amas a pesar de su marido. ¿Por qué las chicas buenas a veces eligen maridos idiotas? Bueno, me estoy desviando. Este es un tema para otro blog…
La amiga quedó devastada por el divorcio, me dijo mi mejor amiga, y su única consolidación fue que le había hecho firmar un acuerdo prenupcial.
Todos hemos escuchado esta historia en una u otra versión. Desde celebridades de renombre hasta políticos y vecinos, los divorcios son mucho más comunes de lo que nos gustaría creer. Conclusión: si bien redactar un acuerdo prenupcial no es como ir de luna de miel a Maui, hacerlo puede ahorrarte años de sufrimiento en el futuro. Pero ¿qué debería incluirse en un acuerdo prenupcial?
En pocas palabras, el acuerdo prenupcial debe ser un resumen de cómo se asignarán sus bienes (cuentas de ahorro, valores, casas, autos, propiedades de inversión y cualquier otra cosa de valor monetario) en caso de divorcio. De no existir un acuerdo prenupcial, las leyes estatales tomarán estas decisiones por usted. Si bien estas leyes podrían parecerle favorables al momento del compromiso, están en constante cambio y, por lo tanto, a la mayoría de las personas les conviene resolver las cosas por su cuenta. No es que los legisladores no estén haciendo un buen trabajo, sino que es extremadamente difícil generalizar cuando cada caso es tan único.

