por la Dra. Kristin Davin
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“No todas las relaciones requieren intimidad financiera para funcionar, pero la intimidad financiera sí requiere una conexión profunda para existir.”
El dinero es un tema complejo. Además, es una de las principales causas de divorcio. Por lo tanto, cuanto más temprano y con más frecuencia las parejas discutan este delicado tema, mejor. Las conversaciones sobre dinero pueden descontrolarse rápidamente y convertirse en discusiones circulares sin fin. La forma en que las parejas abordan esta conversación tiene tanto que ver con cómo se criaron en torno al dinero como con su estilo de vida actual. La probabilidad de que termines con alguien cuyas experiencias familiares con el dinero sean similares a las tuyas es prácticamente nula. Sin embargo, es importante recordar que estas experiencias influyen en cómo perciben el papel del dinero en sus vidas y en su grado de astucia y responsabilidad financiera (Timmons).
No debería sorprender que la mayoría de las parejas prefieran ignorar el tema y fingir que los problemas económicos no necesitan abordarse (¡ni sacarse una muela!), pensando que si "golpeamos nuestros zapatos rojos tres veces, los problemas desaparecerán por arte de magia" (no lo harán). La única garantía de ignorar los problemas financieros es que crecerán y se convertirán en problemas más graves, tanto a corto como a largo plazo. Algunas parejas creen, erróneamente, que hablar de ellos solo crea un vacío de problemas, conversaciones circulares y un "camino que no lleva a ninguna parte" rápidamente. Pero eso es lo contrario de lo que realmente sucede.
Sin embargo, a pesar de las parejas que dudan en revelar su situación, existen maneras de construir una mayor intimidad financiera, incluso si, en el momento, no lo sienten así. Dar los pasos necesarios, incluso pequeños al principio, fomentará una mayor intimidad, promoverá una relación unida y, con el tiempo, generará esperanza para el futuro —juntos—. Sin embargo, tener estas conversaciones es más fácil decirlo que hacerlo, al menos al principio. En teoría, podría funcionar bien, pero en la práctica resulta doloroso, como si se te estuviera saliendo la piel.
Pero, a pesar de los obstáculos, con los ingredientes adecuados —esfuerzo, intención, disposición, apoyo, seguridad, compromiso, tiempo y la convicción de que hablar sobre su relación financiera es vital para mantenerla sana—, el éxito es posible. Ambos deben comprometerse a invertir en su presente y su futuro financiero. Esta inversión se sustenta en su compromiso como pareja y en la convicción de que estas conversaciones difíciles e incómodas, con el tiempo, fortalecerán su relación y la resolverán.
Aprenda aquí el 7 pasos para una mayor intimidad financiera

