por Stacy Francis, CFP®, CDFA
La semana pasada, pasé una larga tarde en la clínica veterinaria con mi gata. La buena noticia es que Sunshine está perfectamente bien; la mala, la factura: casi $700. La mayoría de las personas que, como yo, aman a sus mascotas con locura, han considerado contratar un seguro médico para ellas en algún momento. Pero a pesar de las tarifas desorbitadas que cobran muchos veterinarios, puede que no sea la mejor solución. Aquí te explico por qué.
- El seguro médico para mascotas es caro. Prepárese para pagar varios cientos de dólares al año por mascota, o incluso más. Si su veterinario local es razonable, quizás le convenga más pagar sus facturas que invertir su dinero en una póliza.
- Los seguros para mascotas suelen tener deducibles altos. No esperes un reembolso por chequeos o procedimientos menores. Estos corren por tu cuenta, además del seguro.
- La compañía de seguros te dirá que cubre prácticamente todo, hasta que intentas cobrar. Entonces, de repente, te enterarás de que los problemas oculares no están cubiertos para esta raza de perros en particular, o que esta enfermedad aviar está exenta. Ten mucho cuidado al elegir tu compañía de seguros y tu plan. Al pedir recomendaciones a amigos, asegúrate de que sus mascotas hayan estado realmente enfermas y de que hayan cobrado con éxito a la compañía en cuestión.
- Quizás sea mejor que le des a tu mascota una cuenta de ahorros. Sobre todo si es joven y sana, puede ser más beneficioso apartar algo de dinero cada mes para gastos veterinarios. De esta manera, no tendrás deducibles ni huecos en la cobertura.
Dicho esto, por supuesto, en ciertas situaciones es perfectamente lógico contratar un seguro médico para su mascota. Si, por ejemplo, su caballo sufre un cólico y tiene que pasar cuatro días en la veterinaria, con tarifas de varios miles de dólares al día, puede que se agradezca haberlo hecho.

