por Stacy Francis, CFP®, CDFA
Veamos, ya tienes la capilla para bodas y el servicio de catering reservado, el vestido seleccionado, el pastel diseñado, las invitaciones de boda enviadas, los votos escritos, las finanzas habladas... ups, ¿aún no has hecho lo último?
Los conflictos financieros son una de las principales causas de conflictos matrimoniales y divorcios. Una conversación franca sobre finanzas antes de dar el "sí, quiero" contribuirá en gran medida a que se mantengan unidos para siempre. Y la armonía y la comprensión probablemente no se alcancen por sí solas. Por lo tanto, las parejas deberían dedicar un tiempo a hablar sobre sus filosofías y objetivos financieros: cuánto desean, cómo quieren usarlo y cómo integrarlo en su matrimonio feliz.
Aunque a muchos les encantaría tener el problema de tener demasiado dinero, la mayoría de los recién casados sentirán que nunca tienen suficiente. Por eso es tan importante comprender cómo aborda el dinero su pareja y administrarlo bien.
GASTADOR/AHORRADOR ¿A quién le gusta gastar dinero y a quién le gusta ahorrarlo? A menudo, en una pareja, uno tiene una actitud más liberal con el dinero y el otro, más conservadora. Es importante entender que ninguno de los dos tiene la razón. En cambio, deberán llegar a un acuerdo de gastos que les funcione a ambos. Podrían acordar estrategias de gasto que incluyan mantener una cuenta corriente conjunta para los gastos del hogar, pero mantener cuentas separadas para gastar como deseen. Esto seguramente implicará algunos compromisos, así como concesiones mutuas.
¿QUIÉN HACE QUÉ? Organicen una reunión familiar semanal. Mi esposo y yo nos sentamos 30 minutos todos los sábados por la mañana (temprano antes de que Sebastián y Samantha se despierten) y hablamos de los próximos eventos de la semana, así como de otras preocupaciones. Asegúrese también de hablar sobre finanzas, roles maritales y obligaciones existentes con amigos y familiares. ¿Quién pagará las cuentas? ¿Quién supervisará las inversiones? Estas son solo algunas de las preguntas en las que deben ponerse de acuerdo. Lo que decidan sobre derechos y deberes en su matrimonio no es importante; si están de acuerdo o no, sí lo es. Asegúrense de hablar juntos sobre sus metas de vida para asegurarse de que ambos estén en la misma página financiera. ¿Quieren tener hijos, viajar, comprar una casa o jubilarse con dinero a los 40 años? Tendrán muchas más probabilidades de alcanzar sus sueños si ambos trabajan juntos para lograr la vida próspera que merecen.
Contrariamente a la creencia popular, hablar de la situación financiera, y quizás de las diferencias económicas, no suele arruinar la boda. Hablar de sus finanzas futuras, en realidad, fortalecerá su relación, no la dividirá.

