Los desencadenantes de las compras y cómo frenarlos: plástico en lugar de papel

por Stacy Francis, CFP®, CDFA

Ayer, una querida amiga me invitó a una preventa en unos grandes almacenes. Me dijo que habría champán gratis, un servicio excelente, música divertida, gente maravillosa y, sobre todo, por supuesto, unos trajes espectaculares, recién salidos de la pasarela. El caso es que éste ha sido un mes bastante caro para mí, con vacaciones y algunos gastos imprevistos. Así que le dije que, por desgracia, tendría que pasar por culpa del dinero.

"¿Por qué", me preguntó, "no lo cargas?". Casi trago saliva. ¿No recuerda que soy planificadora financiera? Eso es como decirle a un dietista que empiece a vivir sólo a base de McDonalds.

Esto nos lleva al siguiente detonante de nuestras compras: esas maravillosas, relucientes y mágicas tarjetitas que a veces son capaces de proporcionarnos tanto placer. Porque, razonamos, ¿por qué íbamos a dejar pasar ofertas fabulosas y pagar más por las cosas que queremos más tarde, cuando podemos simplemente sellar el trato cargándolas, y luego pagarlas cuando tengamos el dinero?

La respuesta es algo más profunda que la obvia de los gastos de financiación, que hacen que la mayoría de los expertos en finanzas personales recomienden que dupliquemos la suma de cada compra que cargamos pero que no tenemos intención de pagar ese mismo mes, para hacernos una idea del coste real. Es también este mismo comportamiento -sellar el trato rápido poniendo el plástico- el que nos endeuda a tantos, perjudicando gravemente nuestro futuro financiero. En su lugar, piense en lo mucho mejor que es pagar en efectivo cuando disponga realmente del dinero, y manténgase alejado de las turbias profundidades de la deuda de las tarjetas de crédito.

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